09 junio 2006

DE LOS ANTIGUOS Y TRADICIONALES BARES

PRESENTACIÓN Durante el año 2005, CERC realizó un estudio denominado "De los bares de ‘mala muerte’ a un foco de desarrollo: proponiendo una ruta turística patrimonial en la comuna de Santiago", financiado por el Fondo de Innovación para el Desarrollo Local, de la Ilustre Municipalidad de Santiago. El informe final que se presenta en las siguientes páginas, es el resultado del rescate patrimonial de ocho (8) bares tradicionales ubicados en el sector sur, residencial y comercial de la comuna de Santiago, a partir de la berma sur de Avenida Matta (Ex Camino la Cintura) y Blanco Encalada. Proponemos que los bares tradicionales se pueden constituir en un patrimonio cultural de la ciudad. Ellos tienen una alta potencialidad para conformar una ruta turística, lo que permite fomentar productivamente su frágil realidad productiva. La idea de este estudio fue abordar esta realidad, a través de un trabajo documental y etnográfico que permitiera recabar información e imágenes, para proponer la generación de una actividad económica sustentable, a través de una ruta turística que los proyecte en el tiempo como parte integral de la ciudad. El bar tradicional, en tanto espacio social y arquitectónico de la ciudad, se constituye en un refugio de identidad, de prácticas y discursos, en un observatorio de la realidad cotidiana, a través del cual su memoria reciente y lejana, da cuenta de los cambios acaecidos en su entorno, barrial primero, regional y nacional después. Aquí, su significación esta en constante proceso, como ente histórico y cambiante, de una configuración de la identidad urbana al interior de la comuna. La metodología consistió en la realización de un catastro de alrededor de 173 bares de la comuna de Santiago ubicados en la zona sur, sectores comerciales y residenciales (Barrio Club Hípico, Barrio Huemul, Barrio Matta, Barrio Bogota, Barrio Ferroviario). En una primera etapa, se seleccionaron 27 bares que presentaban una potencialidad en términos de un conjunto de variables e indicadores pertinentes tales como tradición, historia, presencia de cantores populares, arquitectura patrimonial, etc., y que pudieran ser susceptibles de ser incluidos en una ruta turística. Posteriormente, de los veintisiete (27) bares se seleccionaron ocho (8), a partir de un ranking y visita en terreno. Con la selección de los 8 bares se dio inicio a un trabajo etnográfico que consistió en reconstruir las historias del bar y sus parroquianos, como el registro visual de su arquitectura y elementos que sustentan la tradición, patrimonio e identidad del bar. Este trabajo etnográfico tuvo como objetivo describir los bares y reconstruir sus historias. Finalmente, y a partir del material recolectado, y del análisis subyacente, se desarrollo un Plan de intervención patrimonial, turístico y de desarrollo de los bares tradicionales de la comuna de Santiago. La hipótesis central del estudio consiste en que los bares tradicionales están desapareciendo producto de las transformaciones económicas y sociales que han acaecido en el país en los últimos 30 años. Por lo tanto se plantea que en los bares tradicionales están en juego dos conceptos, modernidad y tradición. En este sentido, la propuesta de una ruta turística tiene que ver con la conjugación de ambos conceptos, en la medida que consideramos a la tradición y sus elementos (patrimonio, historia) estos se transforman en un plus y/o capital posibles de ser explotados para hacer frente, en mejores condiciones, la alta complejidad y competitividad del mercado. Como segunda hipótesis de trabajo se tuvo en cuenta que los bares son espacios de sociabilidad y observatorios de los cambios sucedidos en nuestra sociedad producto de los procesos de modernización y de la modernidad, por lo tanto, no son sólo historias de bares, sino que son historias que dan cuenta de la identidad barrial urbana. Por lo tanto, lo que esta en juego en cada historia particular es la relación del bar con dichas identidades globales y sus transformaciones. CAPITULO 1 FUNDAMENTACION El patrimonio cultural y el Fomento productivo Una primera constatación: La comuna de Santiago es diversidad y heterogeneidad cultural. Existe una mixtura arquitectónica de barrios antiguos y modernos, en donde tradición y modernidad conviven en un escenario difuso y multilineal. Una segunda constatación: La memoria se pierde, el presente y lo fugaz, cada vez tiene más importancia, lo tradicional, en tanto mirada del mundo, en tanto artefacto y oralidad, es cada vez más difuso. Su pérdida es más sintomática cuando del habla, la oralidad o lo simbólico se trata. Por lo tanto, una mirada susceptible de hacer, acorde con las nuevas formas de concebir los espacios públicos de las ciudades es a través del patrimonio cultural (tangible e intangible). El término "patrimonio" consiste en un concepto legal que tiene que ver con el conjunto de bienes y derechos que una persona o institución posee. Cuando se incorpora la palabra "cultural" se especifica un conjunto que incluye la cultura y herencia, aspectos que pueden ser tangibles o intangibles. Es así que "Patrimonio Cultural" consiste en un conjunto de aspectos de una cultura que es necesario rescatar y cuidar. El cuidado y respeto para todos los aspectos que conforman el patrimonio cultural (arquitectura, artes, ciencias, técnicas, historia, oralidad, etc.) es responsabilidad de todos, los que sin necesidad de instituciones ni conocimientos especializados, somos capaces de interpretar, recrear y crear este patrimonio cultural. El trabajo de rescate patrimonial ha sido enfocado a "seleccionar aquellos objetos, componentes y características de la cultura que son dignos de ser preservados para el futuro, porque de alguna manera expresan los logros de una sociedad en particular o de la humanidad en general"[1]. Producto de este trabajo podemos mencionar: La Ley Monumentos Nacionales en Chile; la creación de instituciones y asociaciones especializadas en la protección, investigación y difusión del Patrimonio Cultural de grandes empresas tales como Enersis o Codelco; la implementación de un turismo con características ecológicas y étnicas; la declaración de barrios cívicos, en tanto arquitectura, como barrios patrimoniales, entre otras. En definitiva, patrimonio cultural es todo aquello que nos permite diferenciarnos de otras identidades territoriales, barriales y nacionales, en cuanto nos permite realizar lecturas de nuestro propio mundo urbano, nuestra ciudad, valorizarla y proponer elementos y miradas que permitan proyectarse en el tiempo, adaptarse a los cambios sin dejar de ser lo que son, y de avanzar en la construcción de nuestro propio destino. Por lo tanto, en esta línea, patrimonio cultural es el producto de la inteligencia y del aprendizaje adquirido en el tiempo, valorado con el fin que las generaciones venideras tengan estructuras culturales que les permitan conocerse así mismas, como poseedoras de un pasado perteneciente a un universo particular. Desde una mirada de desarrollo socioeconómico de nuestro país, se ha relevado la temática del fomento productivo y la asociatividad productiva como pilares para la superación de la pobreza. Observamos la necesidad de que las Micros y Medianas empresas enfrenten los vaivenes del mercado de forma asociada, en conjunto, ya que sólo así, las unidades económicas pueden tener una mayor competitividad. Esto toma una mayor relevancia si aceptamos que este sector absorbe gran cantidad de mano de obra. Si consideramos la importancia del patrimonio cultural y la necesidad de apoyar el fomento productivo de las unidades económicas, nos podemos hacer la siguiente pregunta: ¿Cómo conjugar estos dos elementos, patrimonio cultural y fomento productivo, desde una visión de desarrollo en la comuna de Santiago?. La respuesta, sustenta la relevancia del presente estudio. Argumentamos que los bares de la Comuna de Santiago, de la zona sur, barrios residenciales y comerciales son, en efecto, un patrimonio cultural, que existe y “está ahí”, muchos desde inicios del siglo XX, conformándose en espacios de sociabilidad y tradición, desde donde del anonimato de sus visitantes y parroquianos, han visto pasar nuestra historia nacional. Son lugares muchas veces desprestigiados, y mal conocidos, comúnmente, como ‘bares de mala muerte’. Muchos de ellos están marginados de cadenas de servicios mayores, su subsistencia esta dada por condiciones precarias, lo que las ha llevado a vivir en condiciones de subsistencia. Proponemos que los bares son testigos y sujetos de los cambios del sistema en que están insertos, y por lo tanto, a través de ellos es posible indagar la configuración de una identidad barrial, a través de la oralidad y práctica que en ellos se advierte. Ahora, si bien los bares tradicionales muchas veces se constituyen en espacios de sociabilidad que persisten/resisten a los cambios de la modernidad, éstos también sufren cambios pero con lógicas propias, con tiempos distintos y soluciones diferentes que tienen que ver con un sentido común, cotidiano, menos formal e igual de eficaz. Esto, se traduce en una plástica, un ordenamiento interno propio (y distinto a todos), que define de alguna manera una mixtura de muchos objetos y materialidades, símbolos y abstracciones latentes y pertinentes a si mismas, pero que traslucen una historia y una relación de ella con sus visitantes, su entorno, su contexto. El rescate de dicho acerbo del conocimiento cotidiano, a través de la oralidad, y su relación con la plástica, con lo simbólico y representacional, se configura como un eje central de la investigación. Por lo tanto, el presente documento desarrolla los elementos que permiten relevar estos espacios sociales y arquitectónicos, bajo una mirada identitaria y patrimonial como así mismo, económica y productiva, que permite darle una significación y sentido al proceso de configuración de la identidad urbana al interior de la comuna, y porque no decirlo, a nuestro país. En este sentido, el estudio que se presenta a continuación no sólo rescata estos lugares patrimoniales, en su sentido tangible e intangible, a través del análisis de su arquitectura y de la memoria/oralidad, sino que también liga dicho patrimonio con el fomento productivo. Esto, desarrollando un trabajo con 8 bares susceptibles de ser incluidos en una posible ruta turística de la comuna de Santiago, conformando una red, aprovechando el plus y capital que le da su historia, memoria y arquitectura, y proponiendo un plan de intervención patrimonial, turístico y desarrollo. [1] Millahueique César, 2003, Catastro de Sitios Arqueológicos y Espacios de Valor patrimonial Indígena existentes en la Región Metropolitana, Conadi - CMN, Santiago, pág.15